9.9.11

1. EL PLAGIO

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EL PLAGIO
PLAGIO
  • COPIA. IMITACIÓN. DUPLICADO. FACSÍMILE.
  • ENGAÑO. EMULACIÓN. FINGIMIENTO. SIMULACRO.
  • ROBO. HURTO. ESTAFA. SECUESTRO.
  • FARSA. MOFA. REMEDO. PANTOMIMA.
  • EFIGIE. RETRATO. INSTANTÁNEA. INTERPRETACIÓN.
  • PARODIA. CARICATURA. PARECIDO. APROPIACIÓN.
  • NO ORIGINAL. FALSIFICACIÓN. PIRATEAR. REPRESENTACIÓN.
  • SIMULACRO
  • PARODIA
  • DOUJINSHI
  • HOMMAGE
  • FICCION FAN
  • REPETIR. CALCO. IMPRESIÓN. REPRODUCCIÓN.
"Es propio de la naturaleza humana que los aparatos funcionales no se puedan saturar nunca; ansían impresiones siempre nuevas tras cada percepción nueva. Este es el origen de la permanente necesidad de efectuar nuevos experimentos de configuración. Desde este punto de vista, las actividades creativas sólo son útiles si producen relaciones nuevas, desconocidas hasta el momento. Dicho de otra manera, desde el punto de vista especifico de la creación, se puede considerar que la reproducción (repetición de relaciones ya existentes) es, en el mejor de los casos, un mero virtuosismo. Como es, ante todo, la producción (creación productiva) la que sirve a la construcción humana, debemos intentar que los aparatos (medios) utilizados hasta ahora exclusivamente con fines reproductivos se empleen también con fines productivos."
Laszlo Moholy-Nagy: "Producción - Reproducción."
Fragmento. Revista De Stijl, 1922.
Corolario del Plagiario
Que no hay autor notable de quien con un poco de trabajo y diligencia no se puedan sacar más centenares de frases o sentencias copiadas de otros autores. Que lo difícil, lo casi imposible es sacar de ningún autor, por original que sea, por raro y peregrino que se muestre en pensamientos, estilo y lenguaje, cien pensamientos o cien frases que tengan una verdadera y completa originalidad (1)

"Cuando utilices información escrita por otra persona, ya sea resumida, parafraseada o citada directamente, tendrás que identificar la fuente de la que procede la información. Si no lo haces, estarás cometiendo un delito de plagio" (2)

Pre-cierre con manifiestos de la era digital.
El plagio se ha considerado durante mucho tiempo un mal en el mundo de la cultura. Se ha visto como apreciación como el robo de lenguaje, ideas, e imágenes por parte de quienes no tienen talento. Quizás los sospechosos son los que apoyan las leyes de representación y la privatización del lenguaje; quizás los actos de plagio, en determinadas condiciones sociales, son los que más contribuyen al enriquecimiento cultural. Antes de la Ilustración (3), el plagio era útil para ayudar a difundir las ideas.
El plagio, una estrategia crucial para producción textual. El plagio es aceptable e incluso inevitable, a tenor de la concepción vital ultra posmoderna y su infraestructura.
El plagio es productivo, aunque no tenemos por qué abandonar el modelo romántico de producción cultural que favorece un modelo (anacrónico) de creación ex nihilista.
Las ideas mejoran. El significado de las palabras participa en la mejora. El plagio es necesario. Está implícito en el progreso. Recoge la frase de un autor, hace uso de sus expresiones, borra una idea falsa y la sustituye por la idea adecuada.
Uno de los principales objetivos del plagiario es restaurar la deriva dinámica e inestable del significado, apropiándose de fragmentos de cultura y luego su recombinación. De este modo pueden producirse significados (el significado como objeto artístico) que previamente no estaban asociados a un objeto o a una serie de objetos. El plagiario trabaja para abrir el significado mediante una inyección de escepticismo en la cultura-texto. El plagiario ve iguales todos los objetos y por lo tanto horizontaliza el plano de los fenómenos. Todos los textos son, para él, potencialmente utilizables y reutilizables; es mejor cargar a la conciencia con tantas categorías de interpretación como sea posible. Puede que la tiranía de los paradigmas tenga algunas consecuencias útiles (como mayor eficacia dentro del paradigma), pero el coste represivo para el individuo (excluir otros modos de pensamiento y reducir la posibilidad de invención) es demasiado alto. Más que dejarse llevar por secuencias de signos, uno debería ir a la deriva entre ellos, eligiendo la interpretación más adecuada a las condiciones sociales de una determinada situación. Es cuestión de liberar los códigos – no ya al individuo – para que algo surja, aparezca; palabras debajo de palabras, obsesiones personales.
La producción y la distribución de información (o de cualquier otro producto) deben ser inmediatas; no puede haber un intervalo entre ambas. El plagio cumple los requisitos de la economía de la representación sin sofocar la invención, si la invención tiene lugar cuando surge una nueva percepción o idea – entrecruzando dos o más sistemas formalmente distintos – son deseables las metodologías de la recombinación. Aquí es donde el plagio va más allá del nihilismo.
No solamente instila escepticismo para ayudar a destruir los sistemas totalitarios que detienen la invención; participa en la invención y por lo tanto es también productivo. Quizá el plagio pertenece por derecho propio a la cultura post-libro. Pensar en nuevos recursos para re-combinar información es algo que siempre ha ocupado las mentes del siglo XX. La información es más útil cuando interactúa con otra información que cuando se deifica y se presenta en un vacio.
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(1) Juan Valera, La originalidad y el plagio, Revista Contemporánea, Madrid, 15 de febrero de 1876
año II, número 5, tomo II, volumen I, páginas 27-53. Sobre plagio de obras de Campoamor por Vázquez y Nakens.
(2) Biblioteca de Consulta Microsoft. Encarta ® 2005.
(3) En el siglo XIX, la progresiva protección jurídica otorgada a la creación intelectual convertirá el plagio en un delito, y por lo tanto lo hará susceptible de ser juzgado en un tribunal, y no únicamente, como hasta entonces, por la crítica y la historia literaria.
-- LU15E57E8AN