10.10.11

No son Las piezas de Los Martirios sin Misterio.-

De PUA 8

No son Las piezas de Los Martirios sin Misterio.-

"Lo que no tiene solución posible, deja de ser problema para aproximarse al misterio".

Misterio significa una realidad en la cual uno mismo está implicado donde entra en juego inevitablemente la propia respuesta, o en la misma pregunta. El misterio queda abierto al intentar perpetuar el momento o al interrogarse por la razón (o sin razón) del arrebato existencial.

No fueron ejecutadas por acaso y sin premeditación los elementos del conjunto, sino con motivos justificados y reservados (aunque abiertas para el plagio, como cisma histórico digno de humilde contemplación).

Feliz aplaudo la patética forma de socialización reinante – mas casi nunca, lloro nostálgico mi vida en el país perdido, sin solución – al fin es casi.

Cuaternidad del Misterio en Cuatro Narraciones.

(Insertar Jacopo Vorágine)

N1. Justine

Justine, cándida encarnación del bien, "tiene todas las virtudes, y en cada una de ellas se ve herida. Si es compasiva, el mendigo acaba robándola. Si es piadosa, un monje la viola. Honesta, un usurero la arruina [...] ella entrega su felicidad a quienes abusan de ella" Es por su obstinación a seguir siendo virtuosa por lo que sufre hasta el martirio los suplicios sexuales y las torturas físicas más refinadas.

N2. Santa Anarquia

De pliegues en piel, yace cana de renegar, al propio pasado enemista con imprudencia entre cigarrillos donde quiso lo que no fue.

Por purulencia, distancia el insulto de la sinceridad; por menos su propia sombra espantó, y prueba su misma carne fugar.

Entre amenazas al espejo, Santa Anarquia escupe siete llamaradas de humo, con ruido – como ladrar – juzga al mundo de leproso, mientras sus ampollas están a explotar.Todo por unas copas. Cacería de brujas en sus pesadillas.

N3. Gracias de los Santos Diletantes. Los Subdiáconos.

San Eusebio, el narrador ahorcado.

San Jerónimo Plagiador, un Santo Fenomenista.

N4. San Sátiro

Nació éste en Arabia, y estando un día en Acaya, pasando por delante de un ídolo, le sopló el rostro, y el ídolo cayó al instante hecho pedazos. Los adoradores de este, que vieron el desacato, llevaron preso al futuro santo al gobernador, que mandó lo degollasen al momento.


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