8.9.11

Plagio Práctico E Hipertexturidad


La parálisis de la invención ha dejado enormes vacíos en culturas que eran realmente receptivas a anticipar y acoger situaciones y soluciones radicales, motivadas por un deseo de experimentar"….
[Rem Koolhaas]
« La verdad en pintura » puede querer decir (y entenderse como) la verdad representada con fidelidad, exactamente, en su retrato < trait > .Y esto puede ir desde el reflejo hasta la alegoría. Entonces la verdad ya no está por sí misma en lo que la representa en pintura, sino solamente su doble, por más parecido que sea y porque resulta precisamente parecido. Todavía verdad de la verdad, con los dos genitivos, sólo que esta vez el valor de la adecuación ha descartado el de develamiento. La pintura de la verdad puede ser adecuada a su modelo, al representarlo, no lo manifiesta en sí mismo, presentándolo. Pero como el modelo es aquí la verdad, es decir, ese valor de presentación o de representación o de adecuación; se diría que tal verdad, el modelo del pintor, debe ser restituido en pintura según los dos modelos de la verdad.[1]
Pastiche
El plagio, palabra que relaciona, encara la obra partiendo de minimizar la forma como sustancia, tornándola elemento. No arte imitativo, el individuo debe cerrar con candado tras el personazo.
Las coincidencias son incontables en centenas de micra sucesos alternos, cuales por el rigor contemplativo del cerebro, en fe directamente se nombrará como tal; coincidencias a cual fuera opción tomada, agenciada…[2]
Demostración textual del vandalismo oficiado en "los lenguajes" válidos; Tierra adentro de mulas ciegas al barranco, mundo afuera plagado similar, por convenciones Imperiales, se desató EL PLAGIO ya satanizado llámese en esta su fase inquisidora cisma negacional.
La gimnástica del plagio contiene por sí, la subsecuente maestría instantánea, tras degollar subproductos de mediana validez histórica (o quizá también artística).
Fundir el concepto en suspicaz e impalpable "non tangere"; a través de cualquiera fuese el discurso, negativa contradicta, metodización obsesa y más.
A fin - entonces – de ejercitarse por etérea retórica: similar a esos vaivenes sobre el ser, la nada y demás charlas de beodo. Querer ver el rastro para considerarlo y con irreverente soberbia definir los bordes de Dios.




[1] Una, de las cuatro verdades en pintura. Speech Art sobre lo intraducible del idioma « de la verdad en pintura » Jacques Derrida "La vérité en peinture", 1978.
[2] Laiseca propone métodos para el saqueo literario insistiendo en la paradoja de que quien no plagia bien no es un buen creador: "Cuando un movimiento se repite, no es un buen movimiento. Por eso ningún plagio debe repetirse. Deben ser intentadas nuevas formas". Alberto Laiseca (1941- ), escritor argentino. Por favor ¡plágienme! (plagiando sistematizada y progresivamente), 1991.CONTENIDOS. Laiseca trata aquí, en un tono ácido y jocoso y por medio de aforismos, diálogos y fragmentos narrativos, el serio tema del plagio en todas sus variantes: política, religión, ciencias, literatura. Ilustra luego con sus propios plagios de Kafka, Joyce, Borges, Poe, Lezama Lima, Bradbury y otros. Finalmente, en una serie de relatos sobre la memoria inventa una genealogía de plagiarios. // FRAGMENTO. El plagio es la destilación del artista. La obra del plagiario el alambique. La distancia más corta entre dos obras de arte es el plagio. Porque entre dos piezas perfectas de una máquina no se concibe la inexistencia de un ensamble discontinuo y también perfecto.
-- LU15E57E8AN